viernes, 8 de abril de 2022

Los mismos nudos.

Tengo la sensación de ser nueva en el mundo, ¿sabes por qué? Porque aún habiendo hecho ciertas cosas antes, todavía me pongo nerviosa.
Subir a un escenario, escribir una carta para alguien, besar con los ojos cerrados... Son los nervios más bonitos que conozco y los que no quiero dejar de sentir. Son los mismos nudos, pero presionan zonas diferentes de mi cerebro y me premian con placeres distintos cada vez.

¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo nuevo?¿Cuántas veces te has sorprendido a ti mismo?¿Cuántas veces te has regalado un momento para disfrutar de ti y de las cosas que te hacen feliz? Si la respuesta es un "Pfff" es hora de que pares de hacer lo que quiera que estés haciendo y regalarte unos segundos de mimos, cariño y apoyo.

Siente la presión de esa cuerda anudada en tu mente. Siente cómo brota ese "Lo estás haciendo genial", el "¡Buah, qué locura acabas de pensar!¡Hagámosla!". Siente cómo poco a poco, tu sonrisa se dibuja más grande por momentos.

               ¡LIBERA TU FELICIDAD!

Vuelve a vestirte de colores, a soñar a lo grande, a querer como si no lo hubieses hecho antes. Sedúcete en el espejo, baila con la escoba, come sin prejuicios y sobre todo hazte feliz, porque sólo así verás la felicidad que te rodea. Sólo así desharás los nudos para poder volverlos a anudar.

Sube a ese escenario, escribe de nuevo, vuelve a besar... Aprieta las cuerdas y sonríe.

QUIÉRETE. SIEMPRE.