viernes, 8 de abril de 2022

Los mismos nudos.

Tengo la sensación de ser nueva en el mundo, ¿sabes por qué? Porque aún habiendo hecho ciertas cosas antes, todavía me pongo nerviosa.
Subir a un escenario, escribir una carta para alguien, besar con los ojos cerrados... Son los nervios más bonitos que conozco y los que no quiero dejar de sentir. Son los mismos nudos, pero presionan zonas diferentes de mi cerebro y me premian con placeres distintos cada vez.

¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo nuevo?¿Cuántas veces te has sorprendido a ti mismo?¿Cuántas veces te has regalado un momento para disfrutar de ti y de las cosas que te hacen feliz? Si la respuesta es un "Pfff" es hora de que pares de hacer lo que quiera que estés haciendo y regalarte unos segundos de mimos, cariño y apoyo.

Siente la presión de esa cuerda anudada en tu mente. Siente cómo brota ese "Lo estás haciendo genial", el "¡Buah, qué locura acabas de pensar!¡Hagámosla!". Siente cómo poco a poco, tu sonrisa se dibuja más grande por momentos.

               ¡LIBERA TU FELICIDAD!

Vuelve a vestirte de colores, a soñar a lo grande, a querer como si no lo hubieses hecho antes. Sedúcete en el espejo, baila con la escoba, come sin prejuicios y sobre todo hazte feliz, porque sólo así verás la felicidad que te rodea. Sólo así desharás los nudos para poder volverlos a anudar.

Sube a ese escenario, escribe de nuevo, vuelve a besar... Aprieta las cuerdas y sonríe.

QUIÉRETE. SIEMPRE.

lunes, 14 de marzo de 2022

No es nuestro momento.

No sé quién nos mintió tanto para que pensemos que sólo existe una manera de querer, una sola manera de decir "Te quiero".
No sé por qué nos cuesta tanto expresarnos, de abrirnos y decir lo que sentimos o queremos.
No sé por qué no miramos de frente.

Por qué no me atreví a mirarte de frente.
A decirte que olías muy bien.
A darte el mismo abrazo que me diste.
A contestarte con algo más que monosílabos.
Por qué miré el reloj.

No había música capaz de serenar todo lo que sentía por dentro ni de calmar el río de lágrimas que se escapaba de mis ojos.
Todavía hoy ese río está desbordado.

Me jode no haber cumplido la promesa que te hice.
Quizás eres las ganas adecuadas en la persona correcta pero no en el momento indicado.
Y seguirás siendo esas ganas y esa persona.
El momento... No sé si llegará.
Quizás en otra vida. En otro universo.
En éste está claro que no estamos hechos el uno para el otro.